Las Cuatro Lunas de Sangre.

                  Publicado en El Día de Zamora el 16 de abril de 2014.

            Ayer martes comenzó, con un eclipse total de Luna, el periodo conocido como “cuatro lunas de sangre” y que no ocurre desde los años 2003-2004. Se trata de una sucesión de eclipses en los que nuestra Luna adquiere un peculiar color rojo. Este fenómeno ha podido ser disfrutado en Norteamérica, la costa Pacífica sudamericana y el Caribe, pero no en España. Ahora centrémonos en lo importante. Resulta que hay un numeroso grupo de estudiosos, o llámenlos como quieran, que augura que debido a que las lunas se ven de color sangre, y que como cada uno de esos eclipses cae en una importante fiesta judía, estamos nada más y nada menos que en presencia del inicio del Apocalipsis. Toma ya, esto para que no puedan reprocharme que no les traigo noticias esperanzadoras y molonas. Los referidos estudiosos identifican esta tétrada de “Lunas de Sangre” con las mismas lunas de sangre que aparecen mencionadas en el Apocalipsis 06:12 -14.

            “Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre; y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como la higuera deja caer sus higos verdes al ser sacudida por un fuerte viento; El cielo desapareció como un pergamino que se enrolla, y todo monte e isla fueron removidos de su lugar.”

            Y no solo con el Apocalipsis, que el Libro de Joel, (Joel, 2:31), el cual figura tanto en el Antiguo Testamento bíblico como en el Tinaj hebreo, asegura que: “El sol se tornará en tinieblas y la luna en sangre, antes de que venga el día grande y espantoso del Señor”

           

            Me llamarán heraldo de infortunios y no me creerán, pero oigan, esta semana nuestras calles están llenas de gente esperando ver a unos seres con capirotes que desfilan para mayor gloria de unas tallas de madera, así que respeten que cada uno crea en lo que le dé la gana. Y en vez de estar como pasmarotes comepipas viendo pasar la procesión, recen para que lo que les acabo de contar solo sea una superstición. O recen para que suceda, eso allá cada uno.

           

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