Pónganse en situación. Agosto, cinco de la tarde, como con sesenta grados
en la calle. Martes y trece, y encima es el Día Internacional de los zurdos. En estas condiciones es en las que les
estoy escribiendo mi columna de esta semana, con lo cual ya podrán deducir
ustedes mismos que algo más bien siniestro va a salirme. La ventaja que tienen
los que lean esto en la página web del periódico es que en internet nunca hace
calor. Ni frío. Ni es necesario que se resguarden de un aguacero, ni de una
ventisca. En internet uno está a salvo de cualquier fenómeno meteorológico. En
internet uno no suda, ni pasa frío, ni hambre o sed, ni hay septiembres ni
eneros, ni mayos o julios. En internet uno puede decir que se llama Roberto y
llamarse Juan, puede decir que es ingeniero sin serlo, o incluso abogado,
aunque para qué iba a querer uno hacerse pasar por abogado sin serlo… En
internet, al igual que no pasa nada, sucede de todo. Y uno va y se enamora de
esa chica que lo ha añadido a una red social porque vemos su foto y nos parece
un primor, pero igual que a mí se me ha ocurrido que puedes decir en internet lo
que te apetezca, puede ser que otras personas hayan tenido esa misma
ocurrencia, y esa chica tan guapa que me ha añadido a su grupo en una red
social, puede ser un camionero de Soria, o el Arzobispo de Jerez de La
Frontera, suponiendo que allí tengan de eso. Y uno, presuponiendo la buena fe
de los demás, comienza a entablar una relación con esa chica, que a estas
alturas ya no sabemos ni si es un ser humano, y te dice que eres un encanto,
que nunca conoció a nadie como tú, y ahí uno empieza a darse cuenta de que algo
falla, porque ese ser, si no ha conocido a nadie como yo en su vida, lo más
probable es que o haya estado recluido en un penal desde tiempos inmemoriales,
o en efecto, como ya suponía, no es un ser humano. Es un extraterrestre. Y
luego vienen los problemas y uno acaba en Tele 5, o en Cuarto Milenio, contando
que tuvo una relación cibernética con un extraterrestre y que Obama la espiaba
todos los días. Pero ustedes no se preocupen por nada de esto, en internet,
tampoco hay sentimientos. Vamos, como en cualquier lugar del mundo real.
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