El otro día la primavera me despertó de un codazo. Se lo traduzco. Resulta que, con el tiempo que nos está haciendo, la pobre primavera estaba helada de frío y en el transcurso de la noche se había colado por debajo de la puerta de mi casa y se había acurrucado a mi lado en la cama. Imaginen el susto que me llevé al encontrarme por la mañana a una señorita la mar de atractiva acostada a mi lado cuando la noche anterior yo me había ido a dormir solo. Y no piensen mal, que esto sucedió un jueves y yo no había salido de juerga la noche anterior, ni había consumido en abundancia bebidas espirituosas o sustancias psicotrópicas. La cosa es que ahí tenía yo a la primavera, que me despertaba de un codazo, sutil eso sí, y me preguntaba que qué había para desayunar. Tras comentarle lo frugal de mis desayunos le pregunté a Primavera, que es el verdadero nombre de la primavera, qué demonio hacía en mi casa y más en concreto en mi cama. Con un mohín en su cara y cierto contoneo perezoso de su cuerpo, me dijo que había salido a dar un paseo por Valorio pero que la noche no acompañaba, así que, al azar, había decidido refugiarse en la primera casa que se le ocurriera y me había tocado a mí. Le insinué que lo correcto es que anduviera por la calle haciendo que los árboles brotaran, que la temperatura subiera, que los insectos polinizaran, y fue en este punto en el que me miró con picardía, volvió a desperezarse y me contestó que la primavera era un estado de ánimo, y que como los ánimos están como están, la gente ha dejado de sonreír, de besarse y hasta de polinizar. Y dijo polinizar así: po-li-ni-zar, y después sonrió y me guiñó un ojo. Así que ya saben, si quieren que suban las temperaturas bésense y polinicen, po-li-ni-cen. Y si notan que hoy hace más calorcito es que Primavera se ha quedado a pasar una temporada en mi casa, que dice que se está muy a gusto y estamos haciendo todo lo posible por seguir sus sabios consejos acerca de los besos, la polinización y otras cosas que no comentaré aquí porque estamos en horario infantil. Pero les doy por enterados.
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