Fascículos

Publicado en El día de Zamora el 14 de septiembre de 2012.

Si se acercan a los kioscos que tienen próximos a sus respectivas casas, verán que los coleccionables por fascículos han vuelto. Asoma el otoño y con él los anuncios de dedales, abanicos, vehículos de fórmula uno y cursos de inglés. Constrúyase su propio barco pirata, su estación de ferrocarril, su bombardero de la Segunda Guerra Mundial, y todo ello a tamaño real. Pero de entre todos los que este año han aparecido, el que más me ha llamado la atención es el de "Fabríquese su vida en doce entregas". Doce entregas, a una por mes. Y ahí me tienen a mí diciéndole a mi kiosquero que me vaya guardando todas las entregas para poder construirme una vida según mi propio criterio y maña, y sobre todo pidiéndole que me garantice que se va a cumplir con todos los fascículos, no vaya a ser que me ponga a hacerme una vida a medida y me quede a medias, y ya sabemos todos que, en cualquier circunstancia vital, quedarse a medias no es recomendable. Pues bien, tras adquirir la primera entrega llegué a mi casa y la abrí expectante. “Conócete a ti mismo”, decía. Toma ya. Conócete a ti mismo. Como no tengo muy claro si me conozco o no, le pregunté a mis vecinos, a mi cajera favorita del supermercado, al camarero que me atiende en la esquina de la barra e incluso a mi madre, y todos ellos me dieron opiniones tan diversas que llegué a la conclusión de que en mí no podían caber personalidades tan heterogéneas. Volví a mi casa y revisé el fascículo de nuevo. Nada, solo había una hoja color sepia con la réplica de la puerta del templo de Apolo en Delfos, los garabatos γνῶθι σεαυτόν sobre ella y debajo la temida traducción “Conócete a ti mismo”. Tras un buen rato dándole vueltas al puñetero aforismo, me fui a la calle a padecer el casi-otoño y a claudicar en mi propósito de construirme de nuevo una vida. Y de ahí pasé a reconocer que bastantes problemas tenemos como para perder el tiempo en estupideces por entregas, más que nada porque, al final, cada mañana es un nuevo fascículo de nuestra existencia.

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