Bienvenido, Míster Marshall

Publicado en El día de Zamora el 3 de abril de 2012.

Buenos días, turista accidental. Te escribo a ti, que has decidido pasar estos días festivos en mi localidad y que nada más llegar el Domingo de Ramos ya te has asombrado por la cantidad de niños que pueblan nuestras calles, legendaria nuestra potencia inseminadora, y por la capacidad económica, que aquí todos los días estrenamos vestimenta. No has visto nada todavía, turista accidental. Déjame que te muestre nuestras iglesias, nuestra catedral, el renovado castillo, y exclamarás eso que decís los foráneos, “no sabéis lo que tenéis aquí”, sí que lo sabemos, lo que tenemos y lo que no, lo que nos sobra y nos falta. Pero calla, turista, que te vamos a llevar de tapas por Zamora, ve aflojándote el cinturón y preparando el hígado, no se cabe en los bares, ni casi se puede pasear, “si es que en Zamora vivís en la calle”, todavía no, turista, pero poco nos queda para eso. También te lanzaremos a la noche del jueves, en la que los zamoranos no duermen, y cuando creas que ya no queda más, te llevaremos a degustar el dos y pingada. Fíjate, pero si mientras en el resto de España se mueren de sed aquí hasta te ha llovido. Y al llegar el Domingo de Resurrección, vuelve a tu localidad y cuéntalo, que vivimos en la abundancia y la ostentación, que hay que venirse a vivir aquí, que hay que invertir y montar industrias en esta localidad del noroeste de España donde la crisis no existe. Ve y difunde el mensaje, turista accidental. Pero sobre todo, vuelve.

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