Al parecer este año también hay semana santa, y pese a la situación económica y los recortes y demás, va a durar lo que venía durando años anteriores, es decir, desde el viernes de dolores hasta el domingo de resurrección. Yo pensaba que, visto lo visto, la cosa iba a quedar constreñida de jueves a domingo, pero no, si en esta ciudad se ha de escatimar en algo que no sea en la semana santa. Y aquí sí que somos potencia mundial, no me lo negarán ustedes. Es tal nuestra superioridad que los gobernantes locales han decidido exportar el concepto a otras provincias donde el evento no pasa de ser una mera anécdota, así que desde hace un par de meses estamos enviando a Soria, Ávila, Teruel, Barcelona, Bilbao etc. contenedores perfectamente empacados de señores con capirote y señoras con mantilla.
En otros embalajes van los pasos con los cargadores, que por su tamaño y características requieren cuidados más delicados, que si a un cofrade se le parte el caperuz puede ser repuesto con facilidad, pero si en un paso se rompe alguna figura emblemática o le faltan porteadores díganme ustedes qué hacemos y dónde queda nuestro prestigio. Caso aparte ha sido la ciudad de Valencia, la cual pretendía un gran pedido para reciclarlo al año siguiente como ninots, y claro, ha tenido que ser desatendido porque en nuestra ciudad somos sufridores pero no mártires. Así que si este año notan que los desfiles procesionales están más descongestionados y echan a faltar algún paso ya saben cuál es el motivo, que todo sea por salvar la economía de la capital. Eso sí, de almendras garrapiñadas y aceitadas vamos servidos. Disfruten.
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