Idas y vueltas

Publicado en El día de Zamora el 12 de agosto de 2011.

Una tarde de agosto tan anodina como la anterior y como sería la siguiente, que si bien esto no podía saberlo si podía intuirlo por una mera cuestión empírica, me puse a rebuscar entre mis libros y se me apareció la biblia. La sorpresa no es que se me apareciera, que siendo el libro que es casi va de suyo, sino que no recordaba tener un ejemplar de la misma. La abrí al azar por el antiguo testamento, que es el que mola, en el que dios se muestra sin haber pasado por un curso de terapia emocional y es omnipotente y vengativo, vamos, un dios como todos desde que los dioses son dioses, y la suerte recayó en la historia de Jonás y la ballena. Dada mi curiosidad me lancé al mar en su busca. De la ballena, no de Jonás, entiéndanme bien.
- Buenas tardes, ¿es usted la ballena de Jonás?
-La misma.
-Pues ahorrémonos trámites y proceda.
Una vez dentro, aquello era acogedor pero poco iluminado, húmedo, ausente de ventilación y como consecuencia con un aroma calificable de fétido. Tras acomodarme pensé en si me echarían de menos mis compañeros, mis amigos, mi familia, la poca gente que me lee…
No sé si fui más valiente instando a la ballena a que me tragara o pidiéndole que me devolviera a la orilla.

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