Los secretos.

            Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 29 de septiembre de 2023.

Y no, pese al título del artículo no voy a escribirles sobre el grupo musical español homónimo sino sobre las cosas que, de manera cuidadosa, se reservan u ocultan. Yo, en mi ámbito profesional, soy buenísimo guardando secretos pero a nivel personal no me gusta que nadie “se confiese” conmigo, porque como los secretos siempre se acaban filtrando, no quiero ser yo objeto de sospecha de esa filtración, así que a mí no me vengan contando sus cositas. Bueno, respecto al origen de los secretos, hemos de remontarnos a los principios de los seres humanos en la Tierra, así, haciendo una interpretación científica y meditada del libro bíblico del génesis, podemos afirmar sin ningún género de duda que el primer secreto fue el que guardó Eva respecto a la serpiente. ¿Alguien se cree que “lo de la serpiente” fue sólo un acercamiento para que esa muchacha se comiera una manzana? ¿Pudiera ser la manzana una metáfora del “cigarrito de después” y que Eva guardara en secreto esa infidelidad? Pues sí, no sólo pudiera ser sino que fue. La realidad es que, desde ese momento, los secretos han estado presentes en todos los ámbitos de nuestra vida. Así, tenemos secretos industriales, militares, sociales, familiares, literarios… la lista es infinita. Ahora bien, a nivel usuario los secretos que más gustan en la sociedad son los que provocan chismorreo. Nada le gusta más a las personas que venir a decirte: “te voy a contar una cosa pero no se la puedes decir a nadie: fulanito está haciendo/le ha pasado/etc.” para que acto seguido, el receptor de esa información reservada, vaya a contársela a quien le venga en gana. Eso sí, exigiéndole a ese nuevo depositario la misma confidencialidad que a él le pidieron pero que se saltó por lo que fuere. Y así, cada vez que ese conocimiento se transmite a otra persona, nace una nueva categoría de secreto que es el conocido como secreto a voces, cuando una información que no debería haberse revelado es conocida por mucha gente. Así, como conclusión final, cabría decir que si no quieres que alguien se entere de algo, no lo vayas contando. Ni siquiera a los más allegados. Tampoco al cura de tu parroquia. Ni lo escribas en un diario. Aunque claro, en los tiempos que vivimos, en los que la gente plasma toda su vida en las redes sociales, hasta los aspectos más nimios de esta, lo de guardar secretos ya ni siquiera es cosa del otro, sino nuestra.


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