Pasión.

 Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 31 de marzo de 2023.

Voy a empezar este artículo por el final, contradiciendo eso que se ha dicho toda la vida de que no se puede comenzar una casa por el tejado. Así, todos somos conscientes de la que se nos viene encima las próximas horas y durante los próximos días, y les voy a pedir, por favor, que ya vivan ustedes el acontecimiento desde una perspectiva religiosa, antropológica, meramente lúdica o una mezcla de todo lo anterior, no den la turra. Quiero decir; dejen en paz a aquellos que no sientan el acontecimiento como ustedes, no traten de imponerles sus costumbres o sus modos, disfrútenlo y dejen disfrutar. Y si fuera posible, si no es mucho pedir, extiendan este comportamiento durante todo el año. Porque esta semana de pasión que hoy inauguramos es complicada para todos, así que dejemos que cada uno la viva como pueda y le dejen. Y digo complicada porque ni la R.A.E. es capaz de definir con certeza el término “pasión” y abre un abanico de nueve opciones, nada menos, para intentar precisar el término. Así, si me permiten  una definición propia, que ya les digo yo que me lo van a permitir porque el que está redactando el artículo soy yo, considero la pasión como un sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira intensos. Y me puntualizarán los más perspicaces: ¿Por qué no incluye usted ninguna referencia religiosa en la definición y más estando en el día que estamos? Y me remitiré justo a lo que les he escrito al principio de este texto, y porque siendo la pasión una emoción humana, esta nos puede llevar por donde quiera. Además, su origen etimológico nos dirige a la palabra latina “passio”, derivada a su vez del verbo “patior” cuyo significado es el de “padecer o tolerar”, así que les reitero mi petición de que sean tolerantes con las pasiones de los demás. Y sí, obvio que la palabra “pasión” y su asociación con las emociones intensas, sobre todo con las amorosas o lujuriosas, se debe al cristianismo, en cuya doctrina se habla de “bajas pasiones” para referirse a los apetitos del cuerpo, contrarios a los del alma o el espíritu y cuyo goce no lleva a ninguna forma de iluminación espiritual, aunque gusten mucho. Así, para tener que evitar el uso de la expresión “ya empezó cristo a padecer”, aunque en este preciso momento sea muy adecuada, disfruten de nuestra Semana Santa como bien les parezca y permitan a los demás gozarla también como lo consideren oportuno y pertinente. Pásenlo bien todos y apasiónense, por unas cosas o por otras.

Puedes seguirme en twitter en @cuadrablanco. No es obligatorio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario