Publicado en La Galerna el 5 de febrero de 2020.
“Quid pro
quo” es una locución latina que implica dar algo a cambio de algo, es decir, se
recibe una cosa como compensación por la cesión de otra. Supone pues la
sustitución de una cosa por otra. Comúnmente se confunde su uso con otra
expresión, “do ut des”, cuyo significado literal es “te doy para que me des”.
¿Que a qué viene esta presentación filológica hoy? Pues porque les voy a
escribir un poco sobre las cesiones de futbolistas del Real Madrid. En las
cesiones de jugadores a otros equipos lo que se busca es que el futbolista en
cuestión pueda jugar lo más posible en el equipo al cual se le cede para que ello
provoque su desarrollo, evolución y, llegado el momento, retorno y utilidad a la
plantilla del nuestro. En los últimos tiempos tenemos a Carvajal,
Valverde o Casemiro, que se fueron de Erasmus y han vuelto no ya siendo útiles
al primer equipo, sino protagonistas en sus diferentes puestos. Buena pinta
tiene también el progreso que están experimentando Achraf, Ødegaard y Reguilón, los
que, al parecer, se han ganado el billete de vuelta al Bernabéu para el año que
viene. Como ya les he dicho, la base de la cesión de jugadores a otros equipos
es que estos jueguen y adquieran la experiencia suficiente como para demostrar
su utilidad al Madrid. Por eso, el experimento que se ha hecho con el
Valladolid puede considerarse fallido. ¿Es el Valladolid un club antipático
para el Real Madrid? No. Y menos desde que lo preside Ronaldo Nazario, pero sí
se ha demostrado como un club inadecuado para el desarrollo de nuestros
cedidos. A esto habría que sumar, en mi opinión, que la exigencia del
Valladolid en las competiciones ni se asoma a la del Real Madrid, por lo que el
segundo componente de las cesiones que sería el de “forjar carácter” no se ha
alcanzado. Veo mejor las cesiones que se han hecho a equipos alemanes de alto
nivel o incluso a españoles. Sin entrar en las rivalidades que podamos tener en
tierras germanas, detengámonos en las patrias. El Madrid ha cedido jugadores al
Sevilla e incluso el Valencia se ha interesado por alguno de los nuestros. ¿Son
hostiles ambas entidades al Real Madrid? Sin duda, y forma parte de su
idiosincrasia detestar al Madrid, aborrecerlo y perjudicarlo siempre que
puedan. Si nos interesamos por alguno de sus jugadores, nos remitirán a la
clausula de rescisión, se negarán a negociar y además utilizarán todos los
medios de comunicación a su alcance para hablar de prepotencia, dominación,
etc. Si por último el jugador en cuestión acabara en nuestro club, cada vez que
juegue en su anterior casa se le insultará y vejará como el traidor que se le
considera. ¿Deberíamos seguir cediendo jugadores al Sevilla y Valencia? Sin
duda. Sin alcanzar el nivel de exigencia del Madrid (desengañémonos, nadie lo
tiene en el mundo), son clubes que suelen competir en Europa hasta avanzado el
calendario, tienen la obligación de pelear en la liga para estar lo más arriba
posible (hablamos de puestos que garanticen competición europea) y asumen como
objetivo la Copa del Rey, terreno más accesible no por sus capacidades sino por
el despiste que a veces les supone a los grandes. Como ya han leído al
principio, las cesiones no son un quid pro quo, sino más un do ut des. Te doy
para que me des, no cariño ni un trato preferente, que no lo quiero ni falta
que me hace viniendo de según y quién, sino que te entrego un infante para que
me forjes un candidato capaz de formar parte del Real Madrid. Y eso, clubes “amables”
como el Valladolid va a ser difícil que nos lo proporcionen.
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obligatorio.
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