Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 12 de abril de 2019.
Por si ustedes son de los míos, quiero decir despistados, les vengo a poner sobre aviso: Estamos en campaña electoral. Y la cosa promete alargarse hasta finales de mayo, con las elecciones municipales, autonómicas, europeas, de la escalera de su casa y ya puestos, de la asociación de amigos de la capa. En la campaña electoral, los partidos políticos, todos, tratan mediante su propaganda influir en la actitud de una comunidad, o sea, en nosotros, respecto a alguna causa o posición, presentando sólo un lado o aspecto de un argumento. Queda claro ¿no? Así que estén atentos a los que les cuentan, por si acaso. No porque resulten interesantes sus propuestas, sino como les he dicho, por si acaso. Y es que incluso en esta época tan tecnológica, debemos seguir siendo capaces de leer los signos que se nos aparecen para hacer un buen augurio con ellos. No se rían ustedes de nuestros antepasados, los augures, que cuando veían volar una golondrina cerca de la tierra vaticinaban tormentas, o si detectaban moscones alrededor de una casa era sinónimo de malas noticias para sus habitantes. Hoy día los augures se han modernizado, y lejos de recurrir a la naturaleza o a la fauna del lugar, se centran más en la publicidad o en las redes sociales. Así, observo detenidamente los anuncios de Coca Cola, que por su color rojo pueden enviarme alguna consigna socialista, o al ser la chispa de la vida igual Pablo Casado quiere decirme algo. Me sucede lo propio con la compañía de telecomunicaciones Orange y la dupla Rivera & Arrimadas, con ONO e Iglesias – Montero (o Montero – Iglesias, que tanto monta) y con la carta de ajuste y VOX. Ah, que ya no hay carta de ajuste… también se pensaban ustedes que no había franquistas y miren. ¿Ven cómo tienen que estar atentos por si acaso? Así, de tanto interés que le estoy prestando a la campaña electoral, tengo más información sobre la misma que cualquier tertuliano de La Sexta o que incluso el propio Ferreras. Ahora, entre nosotros y que no salga de aquí, es una información vacía, hueca, una nada que me ocupa un montón de espacio y que no sé en qué contenedor echar para reciclarla. Vamos, que ni la publicidad de las marcas me dice nada ni sus posibles mensajes electorales subyacentes tampoco. Y a todo esto, que ya estamos en Semana Santa. Por si se les aparece alguna virgen o, llegado al caso, alguna Virgen. Estén atentos, coño.
Por si ustedes son de los míos, quiero decir despistados, les vengo a poner sobre aviso: Estamos en campaña electoral. Y la cosa promete alargarse hasta finales de mayo, con las elecciones municipales, autonómicas, europeas, de la escalera de su casa y ya puestos, de la asociación de amigos de la capa. En la campaña electoral, los partidos políticos, todos, tratan mediante su propaganda influir en la actitud de una comunidad, o sea, en nosotros, respecto a alguna causa o posición, presentando sólo un lado o aspecto de un argumento. Queda claro ¿no? Así que estén atentos a los que les cuentan, por si acaso. No porque resulten interesantes sus propuestas, sino como les he dicho, por si acaso. Y es que incluso en esta época tan tecnológica, debemos seguir siendo capaces de leer los signos que se nos aparecen para hacer un buen augurio con ellos. No se rían ustedes de nuestros antepasados, los augures, que cuando veían volar una golondrina cerca de la tierra vaticinaban tormentas, o si detectaban moscones alrededor de una casa era sinónimo de malas noticias para sus habitantes. Hoy día los augures se han modernizado, y lejos de recurrir a la naturaleza o a la fauna del lugar, se centran más en la publicidad o en las redes sociales. Así, observo detenidamente los anuncios de Coca Cola, que por su color rojo pueden enviarme alguna consigna socialista, o al ser la chispa de la vida igual Pablo Casado quiere decirme algo. Me sucede lo propio con la compañía de telecomunicaciones Orange y la dupla Rivera & Arrimadas, con ONO e Iglesias – Montero (o Montero – Iglesias, que tanto monta) y con la carta de ajuste y VOX. Ah, que ya no hay carta de ajuste… también se pensaban ustedes que no había franquistas y miren. ¿Ven cómo tienen que estar atentos por si acaso? Así, de tanto interés que le estoy prestando a la campaña electoral, tengo más información sobre la misma que cualquier tertuliano de La Sexta o que incluso el propio Ferreras. Ahora, entre nosotros y que no salga de aquí, es una información vacía, hueca, una nada que me ocupa un montón de espacio y que no sé en qué contenedor echar para reciclarla. Vamos, que ni la publicidad de las marcas me dice nada ni sus posibles mensajes electorales subyacentes tampoco. Y a todo esto, que ya estamos en Semana Santa. Por si se les aparece alguna virgen o, llegado al caso, alguna Virgen. Estén atentos, coño.
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