Follar

Publicado en Currybeef CM el 16 de marzo.

No se dejen llevar por la primera impresión que pueda darles el título de este texto, es una mera estrategia para captar su atención, una estrategia poco original, cierto, pero al fin y al cabo el sexo vende y aquí estamos para que ustedes me lean y se entretengan con el contenido de lo que yo les escribo, cosa que, a decir verdad, tampoco es que me importe mucho. La idea de este artículo fue concebida alrededor de la clásica mesa de juntas donde se reúne el director de contenidos de este magazine con los miembros de la infantería, que somos los que aporreamos el teclado. Tras repartir las materias entre mis compañeros, materias interesantes y atractivas como podrán leer ustedes en los diferentes enlaces que me rodean, llegó mi turno, y el director -un moderno veinteañero con aspecto de hipster, cosa que no sé qué significa pero que a él le mola que se lo digan porque sonríe y se le ponen los ojillos así como achinados y le engordan los mofletes, que más bien parece un puto hámster que un hipster de esos-, pues eso, que el hamster me espetó, y tú como eres el friki del grupo escribe algo sobre ciencia ficción. Para esto tiene uno una licenciatura, un máster, innumerables cursos y habla tres idiomas, para acabar siendo el friki de la redacción. Sobre ciencia ficción… La wikipedia define, más o menos, a la ciencia ficción como un género especulativo que relata acontecimientos posibles desarrollados en un marco puramente imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales. ¿Y qué asunto es el que más se adapta a tal definición? Pues en efecto, follar. Así que al final este artículo sí va a tratar de sexo, amigos, que ya les estoy viendo con esa sonrisilla tonta que se nos pone en la cara cuando sale el tema en alguna conversación. Lo primero que cabe destacar, tras un esforzado trabajo de investigación, es que esta es una práctica que sólo se encuentra en los libros o en el cine, pero ha desaparecido de la vida real. Entre los hombres, unos recuerdan que sí, que en algún momento lo ejercieron, pero lo evocan como algo vago, como un concepto que ya les resulta ajeno y en realidad no llegan a discernir si lo soñaron o en realidad sucedió. Luego hay otros que en voz baja te susurran que sí lo practican, pero de un modo rápido o rutinario, incorporado como una tarea más del hogar, como quien pone una lavadora o se lava los dientes. Hay un tercer sector que te lo cuenta a voces, y hacen chanzas al respecto del tipo, sí, como yo soy partidario de la igualdad entre hombres y mujeres, aquí que cada uno se gestione sus propios orgasmos, yo ya me he corrido guapa, pues hala, búscate la vida, y después de eso se ríen muy fuerte y me dan sonoras palmadas en la espalda. Quise entrevistarme con la élite vaticana, pero está reunida bajo llave y ni siquiera me cogieron el teléfono, y los curas de a pie, al sacar el tema, me rociaron con agua bendita mientras soltaban peroratas en latín. 

Para resumir, los hombres se quejan de que las tías son unas estrechas, que en realidad lo que quieren es que les demos amor y que las abracemos tras el ritual de apareamiento, que no se lo tragan y que nada más mencionarles el sexo anal, huyen despavoridas. Como verán, tópicos y tópicos que se repiten desde la noche de los tiempos hasta ahora y que nadie se ha molestado en derribar.

¿Y las mujeres? Es un tema delicado para acercarme a ellas y planteárselo. La primera impresión que saqué es que los tíos somos unos pesados y que sólo pensamos en eso, y que en cuanto nos sonríen, nos invitan a un café o son un poco cordiales ya damos por hecho que vamos a conquistar sus vaginas cual Hernán Cortés conquistó México. También nos recriminan que todos presumimos de ser grandes amantes con unos miembros viriles desmedidos y que cari, a ti no te habrán follado bien en tu vida hasta que no lo hagas conmigo, y luego nada. Muchas también confiesan, al igual que un gran sector de hombres, que no recuerdan ya ni de qué les estoy hablando, que digo yo que si juntáramos a este sector femenino con el respectivo masculino alguna solución consensuada podríamos encontrar ¿no? Pero esto es España, y aquí somos de quejarnos pero no de buscar soluciones a nada. También están las que te dicen que claro, que a ellas este o aquel no les hace ni caso, y cuando les puntualizo que estamos hablando de follar y no de encontrar al amor de su vida, me miran cual pervertido en gabardina a la salida de un colegio de monjas. Y hablando de monjas, a estas también me dirigí, y me dieron con la puerta en las narices mientras se persignaban y miraban de reojo al cura que antes les cité, el que me arrojaba agua bendita mientras soltaba latinajos. 

Sí he de destacar que las mujeres se quejan mucho de la falta de imaginación de los hombres. La falta de imaginación, me quedé pensativo. ¿Ves?, me dijo una, cuando sale el tema de la falta de imaginación nunca sabéis qué decir más allá de montar un trío o de querer meternos cosas por el culo. Pero claro, cuando profundizo en el asunto, tampoco ellas saben aclararme a qué se refieren con lo de la falta de imaginación. Y cómo no, aquí también tenemos el tópico de que una tía que se folla a no sé cuántos es una zorra pero un tío que hace lo mismo es un campeón, cosa que suena muy machista pero que entre las propias mujeres también se dice.

Según Harris Interactive, encargada de realizar el Informe Durex sobre bienestar sexual en 2012, un 72% de los españoles considera que tener una buena vida sexual mejora el estado de ánimo, el 61% manifiesta que les relaja, el 40% se siente más atractivo e incluso un 33% dice ser más agradable con los demás. Pese a que yo aquí no veo más que ventajas, no ya a nivel individual sino a nivel global, en España la mayoría solo folla de boquilla, y no, no me estoy refiriendo a sexo oral, sino a que si lo hablas con ellas lo están deseando, pero al final no, por una serie de excusas vagas y poco comprensibles, y ellos también, pero dejando de lado el componente erótico y yendo de lleno solo al mero plano sexual. Ven, al final mi artículo sí ha versado sobre la ciencia ficción, porque no hay nada más especulativo, ni que nos haga relatar acontecimientos posibles desarrollados en un marco puramente imaginario y cuya verosimilitud se fundamente narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales, que follar.

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