Virtualidades

Publicado en El día de Zamora el 9 de septiembre de 2011.

Aquellos que saben de mí, están al tanto de mi quasi adicción a Facebook y a Twitter, de mi devoción por Apple y por ese muerto viviente que es Steve Jobs, de mi necesidad de estar conectado de manera constante a internet, tanto que lo que antes era mi mano derecha ahora es un iPhone. Mis contactos de redes sociales sobrepasan el centenar, y suelo alimentarlos con música pero sobre todo con mis malas ocurrencias que vuelco sobre ellos sin miramiento alguno. Apenas los conozco, pero les felicito en su cumpleaños, opino sobre lo que dicen, les indico si me gustan sus publicaciones, sé de su situación sentimental por su cambio de estado, dónde estuvieron y con quién por sus etiquetas, me sé su vida sin haber cruzado una palabra con ellos. Como era lógico, hace unos días las personas con las que me cruzo por la calle, mis vecinos, mis compañeros y demás seres que antes eran físicos, se han convertido en virtuales. Buenos días, buenas tardes, con leche por favor, sí, no jugaron mal, es lo poco que interactúo con ellos. En consecuencia, he decidido mudarme a vivir a Facebook y adquirir una residencia de verano en Twitter. Si quieren ustedes algo envíenme un email, omitan la vulgaridad esa de saludarme por la calle. Ah, y nada de sobrepasar 140 caracteres, que me dan dolor de cabeza.
 

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