Mayo ya.

  

              Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 29 de abril de 2022.

Ya ven, mayo ya. ¿Dónde estaban ustedes cuando la gente celebraba con alborozo las navidades? ¿Por qué cuando éramos pequeños merendábamos a las cinco de la tarde, hacíamos los deberes, jugábamos en la calle y sólo eran las ocho y ahora nos tomamos un café a las once de la mañana y de repente son las diez de la noche? Si les preguntara qué es el tiempo, supongo que la mayoría se decantaría por la respuesta genérica, que sería la del período determinado durante el que se realiza una acción o se desarrolla un acontecimiento, y algunos otros por la física,  que representa al tiempo como la sucesión de estados por los que pasa la materia. No siendo fácil definir a bocajarro el tiempo, mi siguiente pregunta requiere una mayor reflexión, dado que me gustaría saber cómo perciben ustedes el paso del tiempo. Mi respuesta, pero porque a mí lo que me gusta es darle vueltas a las cosas, sería “depende”. Y claro que depende, porque no es lo mismo cómo transcurre el tiempo cuando estamos entretenidos en o con algo o alguien que cuando estamos aburridos, tristes o procesando algún tipo de sufrimiento. Cabe añadir que en la percepción del tiempo también influye la memoria. Así, según Según Bertrand Russell, “cuando miramos el reloj, podemos ver moverse el segundero, pero sólo la memoria nos dice que las manecillas de los minutos y las horas se han movido”. Para percibir el tiempo también usamos representaciones espaciales, así, cuando intentamos recordar una fecha en el pasado, recurrimos a eventos que evocamos para averiguar cuánto tiempo pasó. Y, cómo no, también influyen las emociones. Por ejemplo, al percibir que no nos va a dar tiempo a hacer algo, esto provoca cierto nivel de ansiedad y estrés que también deforma nuestra apreciación del transcurso del tiempo. A lo que les iba, que ya es mayo y a poco que se despisten estarán de nuevo colocando el árbol de navidad porque “tempus fugit” y eso es algo a lo que, por muchas vueltas que le demos o explicaciones que busquemos, no va a haber modo de corregirlo. Y para terminar, recuerden las palabras de Gandalf: “Lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado”.  Si han tenido la sensación de que el tiempo de lectura de este artículo ha pasado rápido, será que no les ha resultado muy aburrido. Disfruten.

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