Publicado en La Galerna el 3 de febrero de 2021.
“Y no amanece” es una canción del grupo “Los
secretos”, melancólica, triste, perfecta para estar asomado a la ventana en un
día de lluvia mientras piensas en momentos mejores, en oportunidades perdidas,
en que todo pasará pero que mientras pasa, te atropella. Así estamos la mayoría
de nosotros, mirando al cielo intentando atisbar un rayo de luz que rompa el
cielo nublado y nos haga esbozar una sonrisa, una esperanza a la que
agarrarnos, pero por el momento todo sigue oscuro y no deja de llover. Lleva
cayendo desde finales de diciembre, estamos ya en febrero y el final del
aguacero no se intuye. Llovió en Elche, en Pamplona, en Alcoy y hasta en
Madrid. No hay paraguas que soporte este chaparrón ni desagües que canalicen
tanta agua. Es tanta la lluvia y tan continua que nos ha hecho salirnos de la
carretera en la Copa del Rey y ya no nos permite ver al primer clasificado en
la Liga. Es más, el rival que hasta hace poco teníamos a ocho puntos se nos ha
puesto al lado a ver la lluvia caer, cuando en estas circunstancias uno lo que
quiere es que lo dejen en paz, solo, rumiando su desgracia, y más cuando esa
compañía no es precisamente la más deseada. Y junto con toda esta inclemencia, el rumor que
la acompaña. No deja de sorprender, aunque no sea novedoso, la cantidad de ruido
que se genera a nuestro alrededor. Cientos de voces que claman que las cosas no
se hicieran mejor o de otra manera cuando se vio venir el temporal, y que ahora
en la mitad del mismo, no haya ocasión de corregir. Y los que estamos
soportando la tormenta, podríamos caer en la tentación de señalar a la Liga, a
los árbitros, al VAR, y a la conjunción perfecta de todos estos elementos, pero
también convendría echar un vistazo puertas adentro. Los mimbres que se
pusieron, los materiales de construcción elegidos para soportar estos malos
tiempos que se avecinaban no fueron los mejores, bien porque se han demostrado
inconsistentes, bien porque han devenido en inadecuados para las tareas para
las que fueron elegidos. Alguien debería asumir la responsabilidad de ello. Y
ahora la situación se ha complicado de tal modo que no podemos desechar esos
materiales y comprar otros porque, esto sí que de manera imprevista, a la
tormenta se le ha unido una pandemia que nos ha dejado la cuenta corriente muy
mermada. No dudo de que, desde la sala de mando, se tenga un nuevo plan
adecuado a las circunstancias para acelerar la llegada del sol, pero en
cualquier caso ese sol, caso de aparecer, lo hará allá por junio, que vete a
saber cómo estamos cualquiera de nosotros por entonces, con lo que desde este
recién inaugurado febrero hasta la llegada del verano nos tocará resistir con
los elementos que tenemos a nuestra disposición, desde los que comandan la nave
hasta los que la tripulan. Y esto, cual bucle funesto, nos devuelve a
cualquiera de nosotros frente a la ventana, viendo caer agua, mientras la
lluvia moja nuestras lágrimas, mientras la lluvia no nos limpia el dolor que
tenemos en el alma, mientras no amanece, mientras “Los Secretos” suenan de fondo.
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