El club de los humildes.



                 Publicado en La Galerna el 22 de enero de 2020.


Día de Copa del Rey, o de Copa de España, o de Copa, como quieran llamarla, que por una cuestión nominativa no quiero yo que se me enfade nadie ni que traiga aquí la bronca política nacional. Por una mera cuestión de practicidad y porque el artículo al fin y al cabo lo escribo yo, acepten “la copa” como genérico para el título en cuestión. En esta temporada la copa estrenó formato y en ella arrancaron 116 equipos de los que ya “sólo” quedan 32 y que hasta semifinales se jugará a partido único siempre en el estadio del equipo de inferior categoría salvo que sean de la misma, en cuyo caso se jugará en el campo del equipo que salga primero en el sorteo. Así, el Real Madrid se enfrenta hoy en Salamanca ante el Unionistas, que juega sus partidos como local en las instalaciones deportivas de los Anexos al Estadio Helmántico, conocidas popularmente como “Las Pistas”. Unionistas se encuentra incluido en el Grupo Segundo de la Segunda División B española, tiene unos 2.800 socios y en Las Pistas caben, más o menos, 4.000 personas. Alrededor del campo de fútbol hay unas instalaciones de atletismo y más allá de ellas unas gradas de cemento donde las ubicaciones están separadas por líneas amarillas y pintadas sobre ellas, en negro, el número de las localidades. Los vestuarios son austeros, con unas taquillas como las de cualquier gimnasio, suelo de terrazo, bancos corridos de madera de los de listones y duchas comunitarias alicatadas con azulejo blanco. Los banquillos son de chapa y donde tomarán asiento los suplentes son también bancos corridos de madera. Por motivos de licencias, permisos y esas cosas administrativo-burocráticas que se nos escapan, no se ha permitido la instalación de gradas supletorias con lo que el aforo no se ampliará. El césped del campo es natural, pero dista mucho de ser como las alfombras de los templos de la élite europea. Y en esas condiciones tendrá que vencer el Real Madrid si quiere pasar de ronda en la copa. Esta copa, llamada “de los humildes” o “de los modestos” ha aligerado el calendario de partidos, cierto, y daba a los clubes de inferior categoría la posibilidad de, por un lado, dar un campanazo eliminando a algún equipo de relumbrón o bien, hacer caja si por fortuna te tocaba en el sorteo “algún gordo”. Pues, en mi opinión, por mucho que nos hayan querido hacer creer que esta es “la copa de los humildes”, no deja de ser la copa de los de siempre. En realidad, a los que beneficia la reducción del calendario es a los grandes clubes españoles que juegan competición europea mientras que a los modestos se les priva de la posibilidad de poder jugar un partido en un gran estadio. Supongo que a los jugadores de la plantilla de Unionistas les hará ilusión enfrentarse al Real Madrid, pero creo (y digo creo) que hubieran estado encantados de devolver la visita en el Bernabéu, de jugar ahí. Si yo cuando voy entro con tiempo para poder observar todo desde la grada, no me quiero imaginar que me dieran la oportunidad de poder estar en las tripas del campo, en los vestuarios, pisar el césped, incluso caerme en él. Me sentiría un privilegiado. Pues la Federación Española ha privado de ese privilegio a todos esos equipos modestos con la excusa de no saturar el calendario de partidos. Otra cosa es que, con esa voluntad, se dejara al albur de las bolitas dónde debiera jugarse, o en Las Pistas o en el Bernabéu. Pero ya saben que los que tratan de teledirigir la suerte siempre lo hacen para que les acabe favoreciendo de algún modo. 


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