Identidad.

                 Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 26 de abril de 2019.

Si ustedes pasean por nuestras calles, por las de Zamora, podrán observar la falta de actividad de estas, podrán observar que la normalidad es la de los locales vacíos, en alquiler o venta, o la de los negocios que se traspasan o se saldan. Zamora está en liquidación desde hace muchos años, lo hemos visto venir los de dentro como el que ve llegar la nube de la tormenta, y a los de dentro no nos sorprende ahora que la nube descargue sobre la ciudad. Mientras, los de fuera (con la connivencia de muchos de los de dentro) no sólo no previeron los remedios ante lo que se nos avecinaba, sino que hasta nos pusieron palos en las ruedas para que la catástrofe fuera de mayor dimensión. Zamora ha estado abandonada a su suerte durante muchos años y mandatos del Partido Popular. Años en los que la comunidad autónoma, la diputación y el ayuntamiento eran cosidos por el mismo hilo azul, pero años en los que nuestro desgarro nunca se vio remendado pese a tener todas las entidades de poder el mismo color, con lo que el entendimiento para reparar el roto debió ser lógico. Y con todos estos lodos por la ciudad, llega ahora el día 26 en el que parece que ese omnipresente hilo azul va a ser sustituido por uno rojo de diferentes tonalidades, pero rojo al fin y al cabo. Quiero creer que los costureros esta vez no van a reparar en esas diversas variantes del rojo y que van a ponerse manos a la obra para proceder al remiendo, y puestos a pedir, que el remiendo no sea un parche, sino uno de calidad y duradero en el tiempo. A todos los ostentadores de los diferentes tonos de rojo les pido que, más pronto que tarde, la identidad de nuestra ciudad pueda ser su catedral y no nuestra miseria. Que el rojo del ayuntamiento se coordine con el de la diputación y a su vez con el de la comunidad autónoma, que desde sus diferentes tonalidades se comprometan de una vez a tomar nota de nuestras carencias y las palien. Y miren, si resulta que los pronósticos no aciertan y el hilo rojo lleva también marcas de otros colores, que entre ellos se coordinen para combinarlos de una manera correcta. Porque, y en eso estaremos todos de acuerdo, ya no podemos más. 

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