Sueños.



                     Publicado en El Día de Zamora el 9 de septiembre de 2016.

La noche pasada soñé que era un animal. No recuerdo cual, pero doy por hecho que era algún tipo de halcón, porque tenía una perfecta vista aérea del paisaje, cosa sorprendente dada mi miopía, y por la rapidez de mi vuelo. La cuestión es que cuando le había pillado el truco a la cosa de dejarme llevar por las corrientes aéreas, o aprovechar estas para alcanzar más velocidad, me desperté. Había dejado de sobrevolar la tierra para estar tumbado sobre la cama. Ay, maldita realidad, qué pronto nos pones en nuestro sitio… He de confesarles que durante un rato me dio por pensar si en vez de ser un humano que había soñado ser un halcón, era un halcón que, dormido, soñaba ser un humano. Como no tuve muy clara mi situación, decidí, ese día al menos, hacer de humano por si acaso. Lo primero, ponerme las gafas, porque aquella vista kilométrica y precisa que tenía mi yo-halcón, había desaparecido. Y después, pues esas cosas prosaicas que todos hacemos y a lo que venimos a llamar rutina. Supongo que algo parecido ha tenido que sentir D. José Manuel Soria, que durante un rato soñó que era director ejecutivo en el Banco Mundial, elegido para ello, según palabras el Ministro de Economía, conforme al "criterio de idoneidad y el historial de servicio público, además de la experiencia en las materias que corresponden". Soria había pasado de Ministro offshore de Industria, Energía y Turismo (les recuerdo que negó haber tenido participación alguna, ni como socio, ni como directivo o administrador de UK Lines, empresa con sede en el paraíso fiscal de Bahamas) a jefazo mundial. En resumen, de un humano más o menos de andar por casa a halconazo de los gordos. Y claro, tan gordo resultó ser el halcón que, tras una ensoñación que conllevaba un sueldo de unos 196.000 euros netos anuales, el despertar de Soria ha sido brusco. Nada de aparecer tumbado en la cama, ha caído desde lo más alto contra la acera. Ay José Manuel, menos mal que despertaste a tiempo. ¿Tú te imaginas el trabajo que debe dar ser director de una cosa que lleva el adjetivo de mundial? Olvida las razones éticas, te has librado de una buena. Mientras tanto, pasados unos días ya, todavía no sé si soy el humano que sueña ser halcón o viceversa. Ustedes, por si acaso, cuídense de los buitres.


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