La fórmula de dios.

Publicado en El día de Zamora el 8 de noviembre.

La cosa va de lo siguiente. Unos científicos han conseguido demostrar que dios existe. Y lo han hecho con un MacBook Pro, la versión más potente de los ordenadores portátiles de Apple, que puestos a demostrar la existencia de dios, qué mejor que usar una herramienta informática cuyo logotipo corporativo es el de una manzana mordida. Cuanta alegoría, ¿verdad Eva?

Para el estudio, se utilizó un programa informático encaminado a darle forma a las teorías de Kurt Gödel, filósofo y matemático austriaco de origen judío, y amigo íntimo de Einstein. Ya les avanzo que el Sr. Gödel era un rarito de cuidado, que murió de hambre y no por circunstancias económicas, sino porque dejó de comer por miedo a ser envenenado. El programa informático analizó la “paradoja del mentiroso”, que resumida viene a decir que si yo les digo a ustedes que todo es falso, ¿hasta qué punto mi afirmación también lo es? Gödel aplicó esta paradoja al mundo matemático, y el hasta entonces granítico cosmos de la matemática se tambaleó al encontrar supuestos que no se podían demostrar, pero que tampoco podían considerarse falsos. Como Gödel debía de aburrirse mucho, utilizó la lógica, la mezcló con este principio de incertidumbre e intentó demostrar la existencia de dios. Y esto es lo que han utilizado los científicos de los que les hablaba al principio como base de su estudio. El fallo, que alguno tenía que haber, es que la demostración lógica es válida, pero su traslación a la realidad ya es muy discutible. Por ejemplo, si en vez de dios, en el programa informático se ponía a Superman o a Pikachu, usando la lógica, también existirían, pero claro… Lo bonito es que así uno puede tener por dios a quien le plazca, y una discusión más que nos ahorramos.

Y con esto, queridos, yo vengo a decirles que empiecen a dejar de lado la lógica en sus vidas. Por ejemplo, desde las élites gobernantes nos hablan de la recuperación económica, y lo lógico sería que ya hubiéramos notado algo ¿no? Yo, al menos, lo que noto es que el cabreo general aumenta. ¿Y en el amor? ¿Dónde está la lógica en el amor? Permítanse dejar algo fuera de su control, algo que los desborde y sorprenda. Algo que les inquiete. Algo que les enamore.

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