Tengo insomnio. Mientras ustedes duermen yo deambulo por mi casa, si veo algo fuera de su sitio lo coloco, si tengo hambre, picoteo, si tengo sed, bebo agua, si tengo necesidad de ir al cuarto de baño, voy al cuarto de baño. A veces escribo, o veo una película. A veces leo. Otras sólo me siento en el sofá y pienso sobre el porqué de este insomnio, con lo que lo único que consigo es perpetuar mi imposibilidad de dormir. El otro día puse la radio y sintonicé una emisora en la cual emitían un programa de esos a los que llama gente para contar sus cosas, su día a día unos, otros sus pesares, algunos sus emociones, sus sentimientos, que ya no quieren a su pareja pero que aguantan por sus hijos, que todavía siguen juntos por miedo a estar solos, que no se atreven a decirle a la persona que les atrae eso: que les atrae. Pero esa noche llamó un hombre de voz grave, no dijo su edad pero parecía atrapado en esa banda ancha entre los 40 y los 50, sonaba educado, y contaba que todas las mañanas salía de su casa temprano, bien afeitado y arreglado, les daba un beso a su mujer y a sus hijos y les decía que iba a trabajar pero en realidad se iba a un parque cercano a sentarse durante toda la supuesta jornada laboral porque hacía meses que había perdido su empleo. Contaba su historia sin transmitir desasosiego o angustia, una historia que no es excepcional, el miedo o la vergüenza impiden confesar la verdad hasta que ya no queda más remedio porque los recursos empiecen a escasear. Lo excepcional de su testimonio es que, en ese parque al que todas las mañanas se dirigía, se juntaba con muchos en su misma situación, cientos, miles, unos con traje y maletín, otros con mono de faena, la mayoría vestidos de modo informal, escondiendo su angustia y su presencia entre las sombras de los árboles, sabiéndose observados mutuamente, en un silencio sólo interrumpido por algún teléfono móvil, sin dirigirse entre ellos la palabra.
Lo malo del insomnio, en contra de lo que puedan creer, no es el hecho de permanecer en vela, sino de lo que uno se entera mientras los demás duermen.
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