Ceños fruncidos

Publicado en El día de Zamora el 23 de septiembre de 2011.

Se ha celebrado en estos días una nueva edición de la “Madrid fashion week”, vamos, lo que toda la vida fue la “Pasarela Cibeles”, que yo cada vez que lo escuchaba pensaba que ya estaban montando el tenderete en la plaza de la diosa porque el Real Madrid había ganado algo y para allá que iban dispuestos a embufandarla, pero al parecer, no tiene ninguna relación. Para los no iniciados, el evento en cuestión es una miscelánea de focos, peinados, costureras, modistos, transparencias, maquillajes, cuerpos con poca carne y escasas curvas envueltos para regalo, que aparecen de la nada y que avanzan de manera casi militar por una especie de puente que las acerca hacia el resto de los mortales, parada, mirada displicente al infinito, foto, foto, foto, observadme y deseadme que me voy a dar la vuelta para retornar a mi Olimpo del backstage y así una detrás de otra y un día detrás de otro. No voy a entrar en esta postal sobre la influencia que todo esto tiene sobre las enfermedades relacionadas con trastornos alimenticios, o sobre la conveniencia de hacer tales alardes en estos tiempos tan oscuros, más que nada porque creo que sería caer en la famosa y fácil demagogia. Sólo quiero destacar que nos encontramos ante la profesión más dura del mundo, sus protagonistas, por muy diosas que sean, nunca sonríen.

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