Penélope.

 

               Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 23 de septiembre de 2020.

Así por el título a ustedes les podrían venir a la cabeza dos mujeres; o la de Serrat o la de la Odisea. Para evitar confusiones, ya les adelanto que aquí vamos a tratar sobre la segunda (y un poco también de la primera). Mujer de Ulises y madre de Telémaco, nuestra Penélope se tiró veinte años esperando la vuelta de su marido de la Guerra de Troya mientras despachaba pretendientes uno detrás de otro a la vez que tejía y destejía un tapiz. Dicho así, la figura de Penélope podría parecer secundaria o un mero adorno en la obra de Homero, pero el retorno de Ulises ha de ser encajado en el imaginario femenino. Ulises es un superviviente porque es recordado, y es recordado gracias a la memoria, Mnemosyne, personaje femenino que aparece en el primer verso del texto. Penélope no olvida y Ulises tampoco, pero; ¿y nosotros, seres de carne y hueso que somos? Pues nosotros no podemos hablar de memoria sin hablar del olvido, y olvidar cosas es una actitud primordial en la vida. Y les digo actitud porque es necesario tener predisposición al olvido y no sólo de aquellos hechos que nos han sido traumáticos o perturbadores, donde el olvido estaría justificado para minimizar un impacto emocional negativo, sino como un recurso de falta de atención. No podemos ir por la vida recordando cada situación ni dándole importancia a cualquier hecho, por eso les recomiendo que discurran por el tiempo con una deliberada falta de atención hacia lo que les rodea. No estoy queriendo decir con esto que traten de acaparar esa atención de los demás en ustedes, no, esto no es una exaltación del egocentrismo pero sí una petición a que reparen más en ustedes mismos que en lo que les rodea. ¿Y esto a qué viene? Pues a que si ustedes no hacen más que acumular cosas en su memoria, no la despejan y encima están siempre concentrados en las tareas que les competen no van a saber priorizar, porque el olvido nos va a allanar la pista al elegir entre varias opciones a la hora de tomar una decisión. El olvidar algo nos permite que ni siquiera nos preocupemos por el modo en el que deberíamos relacionarnos o enfocar esa cosa/hecho/persona. Y si no les he convencido, les recuerdo que una de las teorías sobre Penélope y Ulises es que este, después de veinte años existiendo en la memoria de aquella, la repudió y se la devolvió a su  padre. Ustedes sabrán.

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