Lo que no es.

              Publicado en El Día de Zamora y El Periódico de Castilla y León el 23 de septiembre de 2020.

El pasado 25 de septiembre se cumplía el 48 aniversario del suicidio de la poeta argentina (me gusta más poeta que poetisa) Alejandra Pizarnik. Leyendo la biografía que sobre ella escribió César Aira, este nos dice que Pizarnik se construyó un personaje para acomodarlo a la intensidad de su poesía, hasta que el personaje la devoró. Qué les voy a contar yo acerca de lo de crearse personajes, y más cuando es una opción que, de un modo u otro, todos hemos realizado a lo largo de nuestra vida. Fingir lo que no somos para no desentonar del grupo social, para obtener un puesto de trabajo o ascender en el escalafón laboral, para atraer a alguien, para gustar, son actitudes en las que solemos caer unas veces dejándonos llevar y otras de manera deliberada. Pudiéramos entender este comportamiento como una adaptación al medio, como un modo de supervivencia; pero a veces el personaje pasa a ser el actor principal y nuestra verdadera esencia queda atrapada bajo una capa de maquillaje que resulta imposible limpiar. En una ciudad pequeña como Zamora, donde las clases sociales, pese a estar perfectamente definidas desde hace décadas, se entremezclan en el día a día, siempre ha sido conveniente saber mimetizarse para, aunque pises algún callo, aparentar que no lo has hecho adrede o saber derivar la responsabilidad a otro. Aquí, en mitad de una pandemia que se ha llevado/se está llevando/se llevará/ las pocas migas del comercio que quedaban, la ciudad se maquilla con murales que no hacen otra cosa que dar una apariencia de alegría y bienestar donde tales no se dan. No quiero decir con esto que pintar murales esté mal, pero quizá uno hubiera esperado más de una mayoría absoluta comunista de la que se supone que su base ideológica es la igualdad. De las ínfimas ayudas sociales que se han dado, se excluyeron a numerosos colectivos sólo por la profesión que desempeñaban (en las bases de las convocatorias debías pertenecer a unos epígrafes profesionales determinados para poder acceder) discriminándose así a parte de la población sólo por el modo en el que intenta ganarse la vida y no atendiendo a criterios económicos. Unos versos de Pizarnik decían que “escribes poemas / porque necesitas / un lugar / en donde sea lo que no es”. Y estos munícipes en vez de escribir poemas nos pintan murales para que la ciudad aparente lo que no es; un páramo.

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