3D

Publicado en El Día de Zamora el 13 de junio.

No sé si lo saben, pero ahora resulta que hay impresoras 3D. Tampoco sé si lo saben, pero este escribidor es adicto a todas las modas tecnológicas, así que el otro día fui a una tienda del ramo y adquirí una. Después de una sencilla instalación, procedí a probarla poniendo a un lado del invento un lápiz et voilà, del otro lado, al cabo de un rato, apareció un lápiz idéntico al original. ¡Brujería! No, pero más o menos. Me puse a indagar en internet los usos que se le estaban dando a estas máquinas y me topé con una noticia que decía que un bebé de dos meses había salvado su vida al serle implantada en un hospital de Michigan (EE.UU.) una prótesis en forma de tablilla en la tráquea, reproducida en una impresora 3D. Muy altruista, sí, y casi hace que recupere mi fe en el ser humano, pero claro, uno no es misántropo por casualidad, así que pasé por alto lo de la criatura y me puse a jugar con el aparatito. Del lápiz de antes pasamos a una réplica de todas las llaves que tengo, que así si las pierdo, tengo repuesto, y a diferentes usos de carácter práctico que no enumeraré por no hacerles caer en el tedio total, pero sí les contaré que una noche, una de esas en las que uno está tan cómodo en el sofá de su casa, le viene al pensamiento el madrugón del día siguiente y le arruina la vida, me puse al lado de la máquina diabólica y pasadas un par de horas tenía mi propio clon que se encargaría de suplirme en las labores más tediosas. De ahí, pasé a duplicar euros, que mira que no ocurrírseme antes, hasta que un día supliqué, sí, supliqué a la chica que me gusta que me acompañara un momento a mi casa, “es para una cosa”, le dije, y ya se pueden imaginar el resultado. Ahora llevo una perfecta vida clonada de la vida que me hubiera gustado llevar de verdad, una vida paralela, alternativa, como si la hubiera comprado falsificada en un chino. Aún así, he de confesarles que prefiero la ilusión de una existencia modélica que no la realidad rutinaria. Esa a la que van a volver ustedes justo cuando alcancen este punto final.

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