Si ustedes, por esas casualidades que tiene la vida, se habían dejado caer de un
tiempo a esta parte por la localidad china de Yangzhou, provincia de Jiangsu, y han
vuelto a su casa presumiendo de que habían visitado la tumba del emperador Yang
Guang, ya pueden empezar a hacer las maletas y volver de nuevo porque lo que vieron
era un fiasco. Resulta que en la ciudad que acabo de citarles no parece haber crisis
económica ni burbuja inmobiliaria, porque andaban afanados unos operarios chinos en
la construcción de un nuevo edificio cuando que si coge de aquí, tira de allá, apareció
una lápida del que, según nos dicen los chinos, ha sido hasta la fecha su peor
gobernante, ya que el tipo en cuestión debió de ser un tirano de cuidado: traidor (se
dice que participó en la muerte de su padre, el emperador Wen), megalómano, cruel y
despilfarrador, virtudes que, como habrán ustedes deducido, son muy comunes en
ciertos gobernantes de nuestro país; pero mientras aquí seguimos votándoles, en
China tales características las deben de ver fatal porque el hombrecillo se pasó los
últimos días de su vida huyendo de acá para allá para evitar así que lo decapitaran. En
su descargo cabe decir que, entre varios de esos proyectos de grandes construcciones
durante su reinado, destacan el Gran Canal y la reconstrucción de la Gran Muralla. ¿Y
cómo sabemos que ahora esta tumba es la buena y no otro pufo como la anterior?
Pues porque se han encontrado un cinturón de oro y jade y unos llamadores de puerta
con forma de león, objetos ligados al emperador Sui, según informa el diario China
Daily, lo que avalaría la autenticidad del enterramiento. Al lado se ha descubierto otro
enterramiento que podría corresponder a la emperatriz Xiao, una de las seis esposas
que se sabe tuvo el emperador. Ahora, al parecer hay que lamentar que todo el
conjunto se encuentre muy deteriorado, debido a que presenta muestras de haber
sido saqueado varias veces, e incluso con anterioridad se había construido encima.
Pese a todos estos datos, los arqueólogos tratan de ser cautos con este
descubrimiento, dado que la tumba es muy modesta y tienen conocimiento de que
los restos del emperador se trasladaron de ubicación numerosas veces. Eso y que ya
metieron la pata con anterioridad y no es plan de volverla a liar.
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