Publicado originalmente el 28 de octubre.
Clark Kent abandona el “Daily Planet” por la deriva sensacionalista que su periódico ha tomado. Si bien no es la primera vez que deja el periódico, en esta oportunidad sus motivos son “un reflejo de los problemas por los que pasa esa profesión en estos momentos, el rol de los medios de comunicación, el desequilibrio entre información y entretenimiento, el crecimiento del periodismo ciudadano...”, de acuerdo con la nota de prensa que envió la editorial DC Comics. Esta es una muestra más de cómo el cómic, el tebeo de toda la vida y la ilustración en general, sirven de apoyo para criticar lo que nos rodea. El comic puede ser algo más que simple entretenimiento, puede ser algo más que un medio de escape de la mano de los superhéroes o un vehículo para el morbo. Podemos quedarnos solo en la anécdota, podemos terminar de leer, sonreír, decirnos a nosotros mismos “qué bueno, qué razón tiene” y después cerrarlo y seguir con nuestras vidas justo en el mismo punto donde las habíamos dejado. Pero también cabe la posibilidad de que optemos por unirnos a la crítica social con las armas de las que dispongamos, o con el mero hecho de unirnos a la manifestación que creamos más adecuada a nuestros intereses o ideas. De la ficción en forma de banalidad en la que se ha convertido su profesión y que obliga al Kent a dejar su trabajo a la realidad de El Roto, galardonado con el Premio Nacional de Ilustración 2012 por "su visión crítica, poética, aguda e inteligente que nos ayuda a reflexionar sobre cómo somos y cómo vivimos; además de por su defensa del libro en particular y de la cultura en general como herramientas imprescindibles para la construcción de una sociedad avanzada". Y ya no me refiero a esa cultura que ahora no vale para nada porque da igual estudiar una carrera que no, total, no vas a encontrar trabajo de ninguna manera, les hablo de esa otra cultura que todos ustedes tienen, más relacionada con la sensibilidad y que, ante cualquier ilustración, les hace pensar primero y actuar después –al revés no suele dar buen resultado- y enfrentarse a su realidad particular del despertador diario. No somos Superman, ni su alter ego Clark Kent. Solo somos nosotros, pero somos muchos.
Clark Kent abandona el “Daily Planet” por la deriva sensacionalista que su periódico ha tomado. Si bien no es la primera vez que deja el periódico, en esta oportunidad sus motivos son “un reflejo de los problemas por los que pasa esa profesión en estos momentos, el rol de los medios de comunicación, el desequilibrio entre información y entretenimiento, el crecimiento del periodismo ciudadano...”, de acuerdo con la nota de prensa que envió la editorial DC Comics. Esta es una muestra más de cómo el cómic, el tebeo de toda la vida y la ilustración en general, sirven de apoyo para criticar lo que nos rodea. El comic puede ser algo más que simple entretenimiento, puede ser algo más que un medio de escape de la mano de los superhéroes o un vehículo para el morbo. Podemos quedarnos solo en la anécdota, podemos terminar de leer, sonreír, decirnos a nosotros mismos “qué bueno, qué razón tiene” y después cerrarlo y seguir con nuestras vidas justo en el mismo punto donde las habíamos dejado. Pero también cabe la posibilidad de que optemos por unirnos a la crítica social con las armas de las que dispongamos, o con el mero hecho de unirnos a la manifestación que creamos más adecuada a nuestros intereses o ideas. De la ficción en forma de banalidad en la que se ha convertido su profesión y que obliga al Kent a dejar su trabajo a la realidad de El Roto, galardonado con el Premio Nacional de Ilustración 2012 por "su visión crítica, poética, aguda e inteligente que nos ayuda a reflexionar sobre cómo somos y cómo vivimos; además de por su defensa del libro en particular y de la cultura en general como herramientas imprescindibles para la construcción de una sociedad avanzada". Y ya no me refiero a esa cultura que ahora no vale para nada porque da igual estudiar una carrera que no, total, no vas a encontrar trabajo de ninguna manera, les hablo de esa otra cultura que todos ustedes tienen, más relacionada con la sensibilidad y que, ante cualquier ilustración, les hace pensar primero y actuar después –al revés no suele dar buen resultado- y enfrentarse a su realidad particular del despertador diario. No somos Superman, ni su alter ego Clark Kent. Solo somos nosotros, pero somos muchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario