E(a)fectos cambiarios

Publicado en El día de Zamora el 22 de julio de 2011.

Sentado en el borde de la cama desarrollo la habilidad de mirarte con un ojo y a la vez, con el otro, seguir el desplazamiento del segundero del reloj. Me convierto en un camaleón espaciotemporal que constata demasiado tiempo para tan poca actividad. Me levanto, me acerco hasta ti, meto la mano en el bolsillo interior de la chaqueta.

 -Toma, firma esto.

-¿Qué es?

-Es un cheque de tiempo.

-¿Un qué de qué?

-Un cheque de tiempo. De todo el tiempo que me has hecho perder desde que estamos juntos, exactamente 3 años, 8 meses, 14 días y 18 horas esperándote en el portal de la casa de tus padres a que bajaras, en la cola del cine a que llegaras, plantado delante de la tele a que terminaras de arreglarte, sentado en la barra de un bar esperando a que aparecieras... Ahora quiero que me lo devuelvas.

-Tú… tú no es que estés mal, es que cada día estás peor. Espera que ahora hablamos.

3 años, 8 meses, 14 días, 18 horas, 1 segundo, 2, 3, 4…

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